Salomé
Nos
encontramos en un bar a la salida del pueblo, es un sitio oscuro lleno de humo,
esta repleto de “gente” (si es que así se les puede decir) y la música suena
alta, demasiado alta para mi gusto. Me siento en la mesa y cuando estoy
empezando a replantearme el hecho de que no creo que pueda entrevistarla aquí,
notó que la muchedumbre empieza a apartarse de un momento a otro, veo a varios
que descubren que sus pies son súper interesantes y un montón mas que comienzan
a sentirse incómodos, y de pronto veo aparecer a una mujer enfundada en ropa
negra, el cabello rubio se destaca por encima de todo lo demás, lleva lentes de
sol por mas que ya pasaron las diez de la noche y camina decidida hacia donde
estoy.
¿Le habré quitado su sitio preferido? Espero que no, porque lleva armas
en la cintura y en casi todos los sitios visibles que puedo apreciar desde mi
distancia “segura” que tan solo dura unos instantes hasta que llega junto a la
mesa. Cuando estoy a punto de tomar las cosas y decirle que no quiero problemas
y que le dejare su mesa ella gruñe:
—
¿Eres Nel Cross? — pregunta casi como si le fueran a dar arcadas de solo decir
mi nombre y asiento en silencio. La rubia se sienta a horcajadas en la silla frente
a mí, mientras me mira con desconfianza y me mide. Aunque esta dicho que no soy
rival para ella, ¿Qué podía hacerle? ¿Rasguñarle la cara? ¿Devolver lo que
había comido sobre su ropa?
—
Sal, ¿Cómo prefieres hacer esto? Prefieres que hablemos y yo tome nota de lo
que quieras decirme o tal vez quieras que te pregunte directamente.
—
pregunta escritora, no tengo todo el jodido día. Y para que quede claro, debes
ser muy “amiga” de Nicolás como para que me obligara a venir, así que hagamos
esto rápido y menos doloroso— no hace falta que agregue que será doloroso para
mi si sigo importunándola. Gracias al cielo haber ayudado a Nicolás me daba al
menos la chance que no me destriparía. O eso creo.
Yo: bueno Sal, comencemos por una fácil ¿Cuál es tu fecha de nacimiento
humano?
Sal: No nací como humana. — dice mientras se estudia
las uñas— Soy un vampiro ¿recuerdas? hasta
la medula.
Yo: Esta bien, dime, ¿Cuándo naciste como vampiro?
Sal: hace mucho, las mujeres no decimos la edad
¿cierto?
Yo: yo si lo hago. —digo y me arrepiento inmediatamente. Sal se recuesta sobre la mesa apoyando
los codos y me mira.
Sal: eres rara. —afirma.
Yo: lo se, — asiento— bueno cuéntame, ¿Dónde naciste?
Sal: en una aldea llamada Corck, en lo que antes era
conocido como Irlanda.
Yo: ¿Cuál crees que es tu regla inquebrantable?
Sal: nunca cambies las reglas, eso es lo más importante
y de ahí depende todo lo que vivas, en resumidas cuentas, si te patean el culo
será tu culpa. —asiento en silencio imaginándola y se que puede hacerlo.
Yo: ¿Cuál es tu canción favorita?
Sal: es una canción antigua, hay poco sitios donde
puedes oírla, es Your spirit's alive del album The Warrior's Code de
Dropkick Murphys
Yo: ¡oh! La conozco. Es buena. — eso me hace ganar algunos puntos, o al
menos así lo parece ya que sonríe.
Sal: comienzas a caerme bien Cross.
Yo: gracias. Cuéntame ¿Cuál seria su tema en la vida? —Me
mira confundida y agrego— ya sabes, eres una pacifista y tu lema es el amor—dudaba
que fuera eso pero era el ejemplo mas claro que se me ocurrió.
Sal: ah, si, entiendo bueno seria algo así: “no me
fastidies, solo eso y por nada en el mundo fastidies a los míos”
Yo: es algo claro y sencillo de entender.
Sal: pues créelo o no, algunos no lo entienden— no podía ni imaginar que
tan mal podían quedar los que no lo entendieran.
Yo: ¿cuéntame de ti Salome?
Sal: para empezar no me gustan que me llamen por mi nombre completo, Sal estará
bien.
Yo: lo lamento, Nicolás me había dicho algo de eso, entonces será solo Sal.
Sal: Gracias. Y no dudo que Nicolás te lo haya dicho. Hay muchos que
relacionan mi nombre con otras cosas y me fastidia.
Yo: ¿Qué piensas de los vampiros? ¿De tu raza?
Sal: esta bien para mi, no concuerdo con muchas de las cosas de las otras
razas— dice mientras echa un vistazo por encima del hombro y todos los que están
cerca parecen notarlo y se alejan unos pasos— y créeme existen algunas, que mejor ni conocerlas,
como esas cosas babeantes que se arrastran ¡aggg! De solo pensarlo me da asco,
por lo que creo que ser vampiro, es lo mió.
Yo: ¿te gusta la sangre humana?
Sal: si, — dice y sus ojos se detienen en mi cuello descubierto,
inconcientemente mi mano va directo a donde late mi vena y ella lo nota y
sonríe. — pero no bebo. Sueno como si
fuera uno de esos concurrentes de AA (alcohólicos anónimos) debería formar un
grupo para los vampiros “no” bebedores, algo como V.A. ya sabes, vampiros
anónimos o algo así—suelta una carcajada y su pelo cae un poco sobre su cara.
Yo: ¿Cómo es tu alimentación?
Sal: de niña bebíamos sangre humana o animal, pero hace muchos años
dejamos de hacerlo— mete su mano en el bolsillo y saca un frasco pequeño,
dentro hay capsulas rojas— vez, — dice al tiempo que sacude el frasquito frente
a mis ojos— esto es mi alimento, son pastillas de sangre, fueron creadas cuando
la población humana fue diezmada. Se podría decir que se nos fue la mano, — se
lo piensa un momento y sonríe— o mejor dicho: se nos fueron los dientes.
Yo: ¿todos los vampiros toman esas pastillas?
Sal: no, solo los agentes de la S.A. y los que buscan rehabilitarse o
coexistir entre humanos. No es fácil vivir en un edificio de departamentos
oyendo como late la vena de tus vecinos. Llegado el momento, romperías la
puerta y la tomarías y es así como comienzan los desastres.
Yo: entiendo —nunca lo había pensado de ese modo— ¿Por qué no me cuentas
un poco de ti?
Sal: dime ¿Qué quieres saber?
Yo: podrías contarme algo de tu familia ¿Cómo es? ¿Acaso no se negaron a
que te unieras a la S.A.?
Sal: — se ríe y se acomoda de lado en la silla— no, mi familia no se opuso, principalmente por
que no llegaron a verme.
Yo: lo lamento no quise meterme en un tema así.
Sal: no te preocupes, no te vez como esas tipas que busca meter el dedo
en la herida. Solo los mataron, no recuerdo muy bien, se que los asesinaron y
luego bueno, estaba en la S.A.
Yo: ¿Por qué te reclutaron?
Sal: básicamente por que soy buena cazando— ríe y me muestra sus
colmillos— además de eso, poseo un buen
manejo de armas y tengo una tendencia suicida. Y créeme, a veces tener una
tendencia suicida o a meterte en problemas es lo que ellos buscan.
Yo: ¿esa tendencia es la que te trajo aquí?
Sal: si y no— se mordisquea las uñas— en parte necesitan a alguien que
vaya a meterse donde los demás no quieren.
Yo: háblame de tus hermanas. ¿Cómo es el vínculo?
Sal: Carim y Eva. Eva fue la primera que conocí, llevaba varios años en
la asociación, Carim llego hace poco es la mas joven de las tres. El vinculo es
genial, al principio me opuse ¿sabes? — se levanta y hace girar la silla, se
tira para adelante y apoya los codos en las rodillas y descansa la cabeza en
las manos— pero después, cuando conocí a Eva y Carim me hice amigas y de la
amistad al vinculo hay un solo paso. Es tan simple, que nunca lo creí posible,
creo que ni siquiera Nicolás lo creyó posible.
Yo: ¿Por qué no querías vincularte?
Sal: — hace silencio y se acomoda hacia atrás— ya lo habían probado antes, conmigo.
Yo: ¿dices que ya habías adquirido otro vínculo? ¿Otras hermanas?
Sal: No— dice mientras niega con la cabeza— no, dije que lo intentaron,
pero no funciono, uno de los agentes murió dado que sus mentes no eran
compatibles con la mía. Funcionan como cuando tienes dos antivirus en una misma
computadora, se destruyen entre si, puedes retirar a ambos componentes, pero
ninguno queda igual, aquí paso lo mismo. Pero en ese momento éramos jóvenes e
inestables y el proceso era más que nada un experimento para tratar de contener
la ola de suicidios.
Yo: ¿Qué pasa con tu supervisor?
Sal: ¿Nicolás? ¿Qué puedo decirte de él que no sepas? Esta buenísimo el
muy condenado.
Yo: no. Bueno si, Nicolás es muy bello hombre— Sal levanta una ceja y me
mira con media sonrisa en los labios. — bien, es mas que lindo es hermoso y
sexy pero yo hablo de Ben.
Sal: ¡oh! Bueno, Ben es un gran dolor en el culo.
Yo: ¿Por qué se llevan tan mal?
Sal: el participo antes como un asesino o un agente, nunca supe bien que
era el cargo que poseía, como sea lo conozco desde antes que fuera lo que es.
Yo: ¿participo en el experimento?
Sal: si, y no hizo nada cuando el segundo de mis hermanos se voló la
cabeza.
Yo: OK, lo entiendo. ¿Confías en alguien Sal?
Sal: si, en mis hermanas y Nicolás.
Yo: ¿alguien más que no pertenezca a ese grupo?
Sal: no, aun ahora tengo mis armas encima, no es que te veas letal ni
peligrosa, sin ofender claro, pero no, no lo hago. Nunca sabes que vendrá.
Yo: ¿Cuál es el peor de los sentimientos?
Sal: la confianza, muchos se aprovechan de eso.
Yo: ¿Qué opinas de la vida?
Sal: vivo más que los humanos, soy un no
muerto por lo que la vida en si no me genera esa energía que a los humanos,
cuando vives mas que el resto, aprendes a apreciar las pequeñeces. Ya sabes,
las pequeñas cosas, los humanos a veces ni siquiera se detenían a mirar las
estrellas y hoy en día el cielo esta tan contaminado que ya no puedes verlas y
debes recurrir a los libros y videos. Ustedes no aprecian lo pequeño.
Yo: es cierto. Olvidamos lo importante.
Sal: ya lo tienes.
Yo: ¿te has enamorado?
Sal: creo que ese, es solo un tema de hormonas, no más que hormonas.
Yo: ¿Qué opinas de los demás agentes? ¿Conoces algún otro agente que
sea, ya sabes, lindo?
Sal: no, no conozco a ninguno más que por sus nombres.
Yo: ¿Qué opinas de Hero?
Sal: no voy a hablar de él. Es de mal augurio ¿sabes?, no deberíamos
hablar de él.
Yo: esta bien, es bueno saberlo. ¿Cómo te describirías?
Sal: soy una fémina loca por los hombres y las cosas de marca— se ríe
mientras enumera con los dedos las cosas— Soy normalita pero impetuosa, ¡yo que
se!, mataría por los míos. La S.A. es mi vida, y es mi vocación, soy una
cazadora.
Yo: hay algunos que hablan de traición a tu raza por matar a los tuyos.
Sal: si, como hay muchos que agradecen que la tirante paz que tenemos se
quede así. La mayoría de los que cazamos son desquiciados.
Yo: ¿ósea que no matan solo vampiros al asar?
Sal: ¿azar? No… el código dice que debe estar la vida de un humano o de
muchos en peligro para que puedas matarlo.
Yo: lo que quiere decir que si encuentran a un humano disfrutando de dar
sangre a un vampiro no deberías matarlo.
Sal: mientras no lo haga por mucho tiempo volviendo al humano un
drogadicto de sangre, no.
Yo: ¿has estado con humanos?
Sal: — se echa a reír y no puede contenerse hasta que se calma y me mira
nuevamente— claro que si, eh estado con
todo tipo de seres… humanos, vampiros, licántropos, cambiaformas, son todos
machos, algunos mas delicados que otro pero lo único que busca es que tu te
abras las piernas y ******* ya sabes. Es solo sexo.
Yo: ¿hay alguno que te intrigue?
Sal: no.
Yo: alguno que te cause temor.
Sal: temor no, desconfianza si.
Yo: ¿Quién?
Sal: Hero.
Yo: si pudieras pedir un deseo ¿Cuál seria?
Sal: — se lo piensa un momento con sus dedos tamborileando su barbilla— me
gustaría poder estar al sol un día, ya sabes ir a correr con las chicas, no se,
ir algún parque o tal vez sentarnos al sol. —se queda pensativa un momento. —si,
creo que eso seria maravilloso.
Yo: ¿ese es tu deseo? ¿O es tu psiquis mezclada con las de las chicas?
Sal: ¡estas bien entrenada escritora!, sabes… no lo se, el vinculo hace
eso, las mentes fusionadas hacen que casi pensemos igual, aunque de verdad me
gustaría poder sentir el calor en la piel.
Yo: Sal, gracias por tu tiempo, la verdad me ha gustado mucho hablar
contigo.
Sal: y a mí contigo Cross, eres un poco mojigata pero me ha gustado
hablar contigo. Te juzgue mal, creí que Nicolás había enviado alguna de sus
fastidiosas amiguitas rubias y tontas, pero me equivoque. Estoy segura que Eva
y Carim se la pasaran bien, sobre todo carim, ella es como una bella damisela.
Yo: yo creo que si.
Sal: ¿necesitas que te acerque algún sitio?
Yo: no, estoy bien.
Sal: ¿tienes el coche cerca?
Yo: esta en la puerta, estaré bien— le aseguro mientras le muestro mi
spray
de pimienta.
Sal: Si tu lo dices Cross, lo creeré, cualquier cosa estaré por aquí un
poco mas. Tu solo grita y estaré allí en un segundo— ella se levanta de la silla estirando sus largas
piernas. El cabello rubio cayéndole a cascadas sobre el hombro y una amplia
sonrisa en aquel rostro hermoso.
La
despido con un breve saludo y ella se aleja invitándome a tomar unas cervezas
con las otras agentes en el bar que frecuentan.
Le prometo que iré y ella
asiente se pierde entre el gentío sin más y yo me quedo con la sensación de que
conocí a una agente muy feliz, de sonrisa fácil y que haría cualquier cosa por
cuidar de los suyos.
Agente
Sal: Misión Cumplida.