27 de enero de 2018

Un poco de todo...

Lo sé... hace mucho tiempo que tengo este sitio abandonado.  No sé por dónde empezar a contarles las cosas que me han ocurrido, las palabras no serian suficientes, solo les diré que no las he pasado muy bien y como siempre pasa, o al menos a mí, cuando superas obstáculos las historias fluyen desde uno al teclado y se vuelven historias.
Saque un nuevo libro, Ema tuvo una sucesora… si, la tuvo, Milena, y ellas tendrán a alguien más, ya está ahí, fluyendo, por lo que les dejare este escrito, que fue uno que hice para fin de año, es una pequeña charla, esas que salen con esos personajes tan míos. Un beso enorme y de a poco iré poniendo este sitio en condiciones.


Sin saber cómo o tal vez simplemente como hago todo en mi vida, osea sin tener un plan, tomé esa agenda que mi madre me había regalado, me sorprendió al notar que la primera hoja me indica Año

2016.

2016.

Cuatro números, tres palabras, el nueve en la numerología, un año caótico, ese año en el que pareciera que al igual que mi agenda me había quedado varada.Leo los números una y otra vez, la hojee, las paginas están salpicadas con algunas letras, nada muy cargado, ninguna continuidad, nada.Me pregunté si realmente era así ¿me quedé varada en ese año?

Levanté la vista al notar que alguien se sentaba a mi lado y era Ema. Una sonrisa cálida curvaba sus labios, me miró, aprietó los labios y negó sin decir ni una palabra.

—¿Qué? —pregunté cuando su silencio se extendió por varios minutos.

—No creo que hayas, bueno, hayamos quedado varadas allí. Solo, sabes que no lo sé, crecimos, maduramos. ¿recuerdas cuando no creían en mí? Cuando batallaste para que viera la luz, para contar mi historia. Las horas sin dormir, los miedos, el llanto, bueno, lo hiciste, crecimos, y muchos leyeron mi historia, tu historia. No creo que nos hayamos quedado allí, solo creo que todos los años antes de que naciera, bueno todo eso formo mi historia, creciste, creíste… y nací.

—No es lo mismo Ema, tu crees en el amor y yo…

—Evolucionaste, ¿No lo crees? —dijo pasando sus ojos de mi a alguien más. 


Milena se acercó despacio, como si temiera interrumpir.

—Yo creía que todo estaba escrito, y me equivoqué, escribimos nuestra historia, ¡tú escribes nuestra historia! —chilló con demasiado entusiasmo, tanto que nos tomó a Ema y a mí por sorpresa—Yo, yo nací de eso, de sentirte perdida, dolida, porque nos perdimos, y eso nos obligó a hacer algo, y por eso nos encontramos, todavía no se si creo completamente en el amor… —confesó.

—¡Milena! —La reprendió Ema.

—¡Calla!, tú tienes a Cris…

—Y tú a Martin…

—¡Y yo tengo dos gatos, chicas, no me están ayudando! —Me quejé mirando a ambas.

—Yo no tengo a Martin, yo aprendí que solo siendo nosotros mismos, amándonos, es la única forma y tú —dijo apuntándome con el dedo— estas encontrándote, solo debes esperar, lo sé, los de arriba son unos jodidos, nos hacen pasar por situaciones, ya sabes, podrían suavizarnos un poco las cosas pero ya sabes, lecciones duras, creo que ese fue el único modo que encontraron para enseñarnos que nos estábamos perdiendo —murmuró haciendo una mueca, me tomó la mano y la apreté de vuelta— ahora ya sabes donde estas y qué quieres, creo que ahora lo único que debemos evitar es mendigar amor, no debemos mendigar amor, por que nos amamos, nos merecemos más, no mendigas ¿entiendes?
—Bueno, pero ese, mi querida Cross, ya no es nuestro trabajo —murmuró Ema acercando otra silla a la mesa.
—¡Gracias chicas! —gruñó Luisiana sentándose frente a mi— Creo que aquí es donde entro yo. —afirmó— y sabes que, ¡vamos a hacerlo juntas! Sonreí.
—Claro que si… —confirmé con mas seguridad de la que creía tener.

Pero claro, ellas ya lo saben por que viven en mí.

Reímos un poco más recordando todo aquello que hicimos, Ema y Milena son personas excelentes, le contaron a Luisiana como soy y ella se atragantó más de una vez.

Al menos soy una persona graciosa.Es extraño, tal vez estoy completamente loca, pero allí estaba yo, una escritora independiente, rodeada de tres mujeres poderosas, tres seres tan reales que casi podía tocarlas. Tres mujeres que representan lo que fui, lo que soy y tal vez lo que seré… al menos eso creo.


—Mañana compraremos el repuesto para esa agenda. ¡2018, allá vamos! —chilla Luisiana y para mí, suena casi casi como un grito de guerra. Me gusta eso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Cuéntame qué opinas? Tú comentario es importante. Gracias por compartir conmigo este espacio.
Neliel Cross.

Hola Bloggueros, ¿cómo están? No sé cuantos circulan por estos lados pero quería invitarlos a que se den una vuelta por Wattpad, mu...