—¿Por qué insistes con las humanas? —Pregunté. Yo había aprendido esa lección años atrás. Me había enamorado de una bella mujer en los años cincuenta, pero como era de imaginar, ella había seguido su camino natural. Había envejecido a mi lado y me había odiado por eso; sin embargo, aun así, hoy podía recordar cuando escuché el último latido de su corazón.
2 de febrero de 2014
Extracto de El hijo de la diosa.
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Neliel Cross.